18 de julio de 2013

Maneras de avanzar (o de cómo tomarse las cosas)


La cabeza es bastante traicionera. El finde pasado hablaba con un compañero sobre cómo después de pasarlo mal me he preguntado un montón de veces si yo valgo para hacer ciertas cosas o  si debía quedarme pateando o corriendo por senderos y dejarme de tonterías y falsas ilusiones.   

¿Realmente son triunfos todo lo que sale bien?
Remontando un poco hacia atrás, hace sólo un par de años, recuerdo cómo me impresionó un pequeño recorrido que hicimos por una arista hasta la cumbre del Weissmeis. Nada complicado, con una huella marcada a más no poder, pero con un tobogán de 1000 m que me impresionó. También recuerdo la preocupación de la noche anterior, y que no terminó hasta salir del glaciar.

Sin ir tan lejos en el espacio y en el tiempo, en el cercano Gredos, también recuerdo cómo haciendo una arista en la zona del Espaldar pasé muy malos ratos en los destrepes; y tan tocado en la cabeza me dejó que la bajada de la Canal del Torreón la hice a velocidad de caracol, cuando es algo de una dificultad que podía haber hecho más veces.

¿Escalando? Puedo recordar más de una vez en la que el miedo me hizo rechazar algún largo que perfectamente podía hacer; o cómo me ha obligado a posponer vías o, incluso, a hacer vías de deportiva con la cuerda por arriba cuando podía hacerlas perfectamente de primero.


Después de todo, y sin ser nada realmente importante ni grave, cuando te paras a pensar en todo ello hay veces que llegas a puntos donde la motivación, lo que nos hace seguir, alcanza puntos muy bajos y te hace pensar en dimitir.

Por todo ello, se puede llegar a creer que "uno es un mierda", que uno "no vale",  si dejamos pasar oportunidades, si no conseguimos algo, si quedamos retrasados con respecto a otros -la comparación es a veces inevitable- o si no nos sentimos preparados. Crucificarse es lo peor que uno puede hacer, no sólo porque no se aprende nada, sino porque mella tu autoestima, y así no hay manera de avanzar

Racionalizar las cosas e intentar sacar porqués lo creo más útil. Admitir los errores, incluso cuando algo sale bien, quizás sea lo que nos haga avanzar más que repetirlos una y otra vez, aunque salgamos victoriosos.
 
Todo cabe dentro, todo será ponerse a ello
Supongo también que para luchar contra esos miedos cada uno tenemos una manera de funcionar y que cada uno tiene que buscar un camino para hacer las cosas posibles.

Quizás sea que, para algunos, nuestra manera correcta de hacer las cosas es ir haciendo cosas cada vez más comprometidas, incluso renunciando a hacer ciertas cosas y a perder oportunidades si en ese momento no nos sentimos preparados. Siempre he pensado que no tiene sentido querer pasar de un sitio como Peñalara a hacer el Mont Blanc -y yo lo he hecho, aunque no con esta montaña- sin un largo camino entre medias. Puede salir bien, pero no son actividades para nada comparables, ni desde el punto de vista físico, ni de logística, ni  técnica ni psicológicamente hablando.

Entre medias creo que debiera haber mucho aprendizaje de todo tipo.

No sé, a mi este invierno me han enseñado a hacer la mochila... y creía que eso ya estaba superado. Humildad, empezar desde el principio todas las veces que sea necesario, dejar la soberbia a un lado.
 
Y junto a esto, algo que he aprendido es que otra parte fundamental es el entreno: para la cabeza no es lo mismo sentirse fuerte que débil, ni mucho menos; lo segundo complica muchísimo las cosas. Tampoco es lo mismo sufrir algo que disfrutarlo; lo primero quizás venda en las conversaciones de refugio, pero, para mi, lo segundo es lo que queda para uno y lo que motiva a segur adelante.
 

2 comentarios:

  1. El físico, trabajando el físico la cabeza va mejor. En ese orden. Esto nadie lo dice en escalada, todo el mundo habla de que es un deporte psicológico, pero para mí, el entrenamiento es fundamental para la progresión.


    Miguel.

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, para mi es imprescindible. Y si, encima, te gusta y lo disfrutas... ya es la leche :D

    Salu2!

    ResponderEliminar