27 de agosto de 2017

Desaprender

Acostumbrarse a vivir en un mundo que no da tregua es difícil. Parar para tener un poco de tiempo para situarse se nos hace, muchas veces, imposible. Nos dejamos arrastrar por la inercia de nuestra propia vida, por la corriente del río en el que estamos.

Una de las tareas que complica esta vorágine es la de desaprender. Muchas veces damos importancia a la capacidad de comprender y de aumentar conocimientos, de conocer nuevos aspectos o técnicas que aporta algo beneficioso; pero, ¿qué pasa con aquéllo que arrastramos como un lastre?¿Somos capaces tan siquiera de percibir ese peso?¿Y de quitárnoslo?

Montoncitos de cosas que todos llevamos. Collado Alfrecho. La Cabrera.
Esa vorágine de cosas, esa inercia que todos tenemos y de la que no es tan sencillo salir, no nos deja mirar hacia dentro, nos quita el tiempo que necesitamos para fijarnos en lo que pasa en nuestro interior, de focalizarnos en lo que -realmente- sentimos. 

Por eso es importante parar, deshacerse de todo lo que te rodea y observar tranquilo lo que sucede dentro. No hay otra manera. 

Y tener paciencia y perseverancia, claro. Luego vendrá el desaprender. 

14 de julio de 2017

Costumbres

  (Escrita un Junio de hace unos cuantos años)

Uno se acostumbra a vivir con la ventana bajada, a mirar por detrás de ella levantándola un poco por su extremo; uno se acostumbra a vivir viendo sólo ese pequeño resquicio del mundo que  parece que hay  fuera; uno se refugia en la seguridad que le da el miedo
.

-    Despierta, que tengo que ir a clase. No sé por qué me quedé a dormir anoche.

-    Cerré la puerta y escondí la llave, te tengo secuestrada.

-    ¿Esconderla? Las llaves está en la cajita esa donde tienes el mechero.

-     No, qué va, la metí  en tu bolso. 

Los minutos son un suspiro y, con ellos, las horas pasan volando; los días siempre parecen los del invierno Ártico y la luz escasea en ese rincón donde te escondes. 

  -    Me apetece otra cerveza

  -    A mi me apetece amanecer contigo

  -    ¡Si son las 5 de la tarde, anda que no queda para que amanezca!

  -    Por eso mismo me apetece.


Quizás esa calle tenga otro aspecto de día; pero, por la noche, no dan ganas de sentarse en sus bancos. Hace frío y no voy abrigado, quizás sea buena idea volver a casa.


    -   Hoy no puedo salir, ya he quedado por otro lado.

    -   Pues no sé, pensaba que quedábamos  el fin de semana.

    -    No recuerdo haber dicho nada.

    -    Ya, la sorpresa que te iba a dar la he sólo la había pensado yo.


50 minutos de reloj corriendo; 35 grados a la sombra; 180 pulsaciones por minuto.


     -   Hace dos semanas que no hablamos.

     -   Pensaba que era menos.

     -    Ya, bueno, te intenté llamar, pero no respondiste.

     -    Estaría haciedo otra cosa.


Todo tiene su principio y todo tiene su fin, pero lo importante es que haya pasado. Lo que no se vive, no nos alimenta.

Siempre hay Sol al otro lado.

1 de julio de 2017

Historias

Cuando uno abre una revista de montaña siempre suele encontrar historias que le impresionan, relatos sobre ascensiones que han hecho historia regados con unas fotos impresionantes de lugares remotos o de esfuerzos imposibles.

Adherencia en La Pedriza

Sin embargo, para quienes nos gusta la montaña, no todo son 9b's, alpinismo extremo en Alaska o rutas increibles que nunca escalaremos. Dentro de la historia de los "deportes" de montaña también hay infinidad de pequeñas historias que merecen ser contadas, pequeñas hazañas que terminan reflejadas en la apertura de una vía, en la exploración de una zona o en alcanzar la cumbre de un pequeño risco nunca ascendido.

Escalada artificial: Fisura de la vía "Techo". Placas del Halcón
Pequeñas historias, muchas veces locales, pero dignas de conocer y de quedar grabadas, de tener sus 15 minutos de gloria -aunque, probablemente, nunca la buscaron-; pequeñas historias que se sienten mucho más cercanas que esas que generalmente ocupan las portadas de las revistas especializadas.

Escenas de escalada.
Historias que no invitan al postureo en el las redes y que muestran la parte más esencial de este mundo, eso que -creemos que- nos mueve a muchos.


Eduardo Galeano

31 de diciembre de 2016

¡Feliz 2017!


A ver qué nos trae este nuevo año -Con un sólo momento como el de la foto, ya estaría bien-.

Un momento emocionante. 

How many special people change?
How many lives are living strange?
Where were you while we were getting high?
Slowly walking down the hall

6 de diciembre de 2016

No puedes

Hay pequeños pasos que marcan hitos del camino; pequeñas victorias que marcan que, por momentos, se ha encontrado la senda correcta. Hay veces que no hay que hacer caso a los consejos -por bienintencionados que sean-, y tirar hacia donde crees que debes ir.

Buscando musgo en el Guadarrama lejano -o no tanto-.
Hay que tomar decisiones sin saber tener seguridad completa de adónde te encaminará el siguiente paso. Podrás preveer lo que hay adelante, pero siempre con incertidumbre de si ese paso es el correcto.

Pequeños rincones, amigos y toda la tarde por delante.
Pero hay que darlo. Incluso cuando no estés del todo seguro o sepas que te puedes equivocar.
Días buenos, cielos azules (Foto Javi Sanz)
Porque a lo largo de todo esto vas a recibir miradas condescendientes que te harán pensar que no puedes; recibirás muchos malos consejos y verás las mismas miradas; tú mismo te dirás que no vale la pena.

Habitantes del bosque
Así que sea lo que sea lo que tienes en mente, no te olvides de ello. Tirarse a la piscina sin agua es de idiotas; tener claro lo que se quiere no.

Sólo queda lo peor... volver a la ciudad
Porque sí, se puede. Y eso es sólo el principio.


4 de septiembre de 2016

Tres días por el Circo de Gredos

En esta vida que nos hace ir corriendo de un lado a otro -incluso en los viajes de montaña-, siempre se agradece poder pasar tres días tranquilos, a tu aire, en esa maravilla que tenemos tan cerca de casa: el Circo de Gredos.

3 días escalando y 2 noches viendo las estrellas fugaces. Pedimos que ésto no se acabará, pero la rutina es más poderosa que los deseos -de momento-.

Como siempre, un resumen en fotos:

Descenso del primer sector, en los contrafuertes del Morezón.
Primer largo de "Los Chicos de La Paramera". Bueno, realmente lo hicimos por donde nos dió la gana.
Segundo largo, fisura ciega donde entran las cosas más pequeñas que tengas.
Tercer largo, muro de agarritos
Desde la R2(bis), unas vistas privilegiadas del Almanzor
R4, volvemos a ir por donde nos da la gana.

R5, muy cerquita de la cima.

Un pequeño paseo y cima.
Una cima nueva para la colección del Circo. Cuidado con el descenso por la canal, mucha roca suelta.

La cresta del Cerro de Los Huertos, esta quedará para el invierno, que será más interesante
Y vuelta al refugio, que hay que descansar y ver las Perseidas esta noche.

Tercer día, camino del Pan de Azucar. Hicimos "Bailando bajo la Lluvia". Cuidado, en la segunda reu ya no está el clavo.

Pie de vía. Por detrás de nosotros una buen montón de gente camino del Almanzor
Rápel y vuelta a casa. Ya sólo queda lo peor ¡Barrerones!

Lionel Terray - Los Conquistadores de lo inútil 

14 de agosto de 2016

Directa de los Martínez - Pico Urriellu

Cuando haces una actividad siempre es bonito que tenga una historia detrás. En este caso, esa historia tiene que ver en que lo con lo que se propone puedes ayudar a cumplir sueños que llevaban 40 años en la recámara. Hay veces que no se puede pedir más. 

Mi compañero en esta escalda, José, lo intentó hace 40 años; aquéllos eran otros tiempos y, poco después de empezar a escalar, se dieron la vuelta: no tenían ni idea de por dónde iba la vía y creyeron que aquéllo les venía grande. Tomar una decisión así para unos chavales de 20 años que habían tardado 4 días en llegar allí no debió ser fácil. 
En los tiempos de internet, donde puedes saber hasta la secuencia del paso clave de una vía si lo buscas, ésto parece imposible. Hace 40 años aquéllo era otra cosa, incluso las vías que ahora repetimos cualquiera tenían un toque de gran incertidumbre, de hacer las cosas con una información mínima y un material muy lejano al que manejamos hoy.  Aventura al fin y al cabo.

Quizás, al escuchar estas historias, muchos deberíamos pensar dos veces al escribir la eso palabra, aventura; quizás deberíamos desimpregnarla de ego y sólo usarla cuando realmente la ocasión lo merezca.

Completando la "expedición" otros dos viejos amigos, con los que José tuvo un Club de Montaña pionero en Alcalá de Henares, allá por los años 70. Nosotros escalaríamos y ellos disfrutarían del entorno y, de paso, nos harían unas fotos desde abajo -¡Muchas gracias!-

En cuanto a nuestro viaje, el día de aproximación la meteo no se presentaba muy benévola, un ambiente lluvioso nos recibió a los 4 que allí fuimos. Bueno, si José y yo no podemos escalar, nos quedaremos dando una vuelta con el resto de la expedición.

La verdad es que no tenia muchas esperanzas de que al día siguiente escaláramos, así que cenamos, no fuimos a dormir sin poner la alarma; sin embargo, el día se despertó completamente despejado. 

Y para arriba que fuimos.

Como siempre, el resumen del resto de la historia en unas cuantas fotos:

Levantarse y ver la Cara Oeste del Urriellu por primera vez ¡Impresionante!

Canal de La Celada. Como desayuno no está mal un cuestón así, la verdad es que llegas calentito a la Cara Sur.

Factor de escala: la Cara Este del Picu y un servidor con la boca abierta.

Una hora despuésde salir del refugio: La Cara Sur. Ahora sólo queda llegar a la base de la vía, escalar y bajar.
Fotos del equipo de apoyo en tierra. Escaladores en la trepada final, estos sí que madrugaron.
Un servidor en la tercera reunión. Un balcón con buenas vistas del Jou tras el Picu.
José asciende el tercer largo ¿Quién habrá sido el tío simpático que le habrá hecho subir la mochila jeje?
Comienzo del 4º Largo. Lo hice recto por el canalizo. Para mi el mejor de la vía.
Esto de los canalizos mola, ¡es como escalar fisuras!
Vistas espectaculares del Jou desde la cuarta reunión.

Último largo de trámite. Ya huele a cima.
Después de llegar a la quinta reunión, dejamos la cosas y a trepar con cuidado hasta la cima sobre un precioso mar de nubes.
Y ¡Cima!. En la imagen es imposible retratarlo pero este momento lo recuerdo como muy emocionante.
La Santiña
Hay foto, hay cima. 40 añicos de ná, compañero


Y como hay que subir, hay que bajar. 3 rápeles y al suelo.

Suelo, y para el refugio. Ahora sólo queda un ratito hasta el coche... y que éste arranque.

Proverbios y cantares VIII  - Antonio Machado
P.D: Actividad realizada en Junio 2016. Muchas gracias a todos los integrantes de la "expedición".

8 de agosto de 2016

Cresta de los Geodésicos - Pico Palas

Una escapada a Pirineos para hacer una vía sencilla y relativamente corta que asciende a un pico al que tenía ganas desde hace tiempo.  Unas horas recorriendo uno de los sitios más bonitos que conozco en el Pirineo y una montaña de las de postal, con 4 aristas en sus 4 lados 

¿Habrá que hacer la cruz, no?

Aproximación desde el lago de Artouste. Esta vez nos aprovechamos de los medios mecánicos. El día no se presentaba muy halagüeño, pero la previsión para el día siguiente era buena.
Y la previsión acertó. Un día espléndido. Desayuno a las 6 en el refugio de Arremouilit y a las 7 salimos para el collado de los Geodésicos.

Durante la aproximación algunos nos observan; un Sarrio en las inmediaciones del Collado del Palas.
Y nosotros observamos otros gigantes de piedra. El gran Midi d'Ossau.
El lago de Artouste desde la alturas, dentro de unas horas tocará bajar hasta allí abajo.
Poco a poco, rodeamos el Palas, el collado de los Geodésicos ya está a la vista.
Y la arista también. En un rato estaremos en ella.
Y, al fin, llegamos al Collado. Una buena hora y media costó.
Desde allí, unas vistas tremendas de otro gigante: El Balaitus.
Nos preparamos, comemos y bebemos algo y para arríba. La cresta empieza aquí. Arriba, el primer gendarme.
Primeros metros fáciles, entre andar y pasos aislados de II.
Cazador cazado. El pico de Artouste a nuestras espaldas.
Llegando al primer gendarme, que se esquivará por la derecha -según se sube-.
Trepadas entre el II+/III con algo de patio ya.
Tramos afilados pero sencillos en la parte media de la cresta

Un día espléndido para disfurtar de cada paso.

Secciones sencillas del final de la cresta.
Ya queda poco, la cresta empieza a tumbar
Y, tras unos bloques más sencillos de lo que parecen, se llega a la cima. De paso, otra foto para enmarcar.
Y, por fin, cima. El hito que lo marca al fondo.
¡Cima! Una de esas que tachas con el gusto de habela imaginado antes
Algo de comer y beber y para abajo por la Chimenea Landomeur. Cuidado con las piedras en toda la chimenea y con no embarcarse en la zona inferior.
Para la zona final encontraremos dos parabolts con argolla para rapelar. 30 m justos.

Otro pequeño destrepe y todo será seguir hitos hasta el Collado del Palas por el caos de bloques que rodea a los Lagos de Arriel.
Aunque sea un sitio precioso, no trae buenos recuerdos. Un abrazo allá donde estés, Adán.
Un poco de esquí sin esquís en nevero resbaloso sin mucha pendiente siempre es mejor que una pedrera inmunda


Precioso sitio, ya queda menos para el refugio.
Hora y media de descenso y llegamos al refugio. Por suerte el helicóptero hoy sólo está de visita de cortesía.
Y vuelta al principio. Vuelta a la civilización.
Un gran día, un sitio precioso donde volver con un refugio pequeño  y antiguo, pero donde te tratan muy amablemente. 

Eso sí, cerca del Collado del Palas, con los lagos de Arriel a los pies, no pude dejar de acordarme de ésto.  

"Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo..."

El Miedo - Pablo Neruda