26 de abril de 2016

No entiendo

No entiendo este mundo moderno. Y mira que trato de enterderlo y de justificar lo injustificable -quizás para convencerme a mi mismo de que no es tan malo-, pero no lo entiendo.

La mole granítica de El Yelmo con una preciosa luz de primavera.

No entiendo la competencia, aunque también la sienta dentro de mi más de lo que me gustaría; no entiendo las prisas que parece tener todo -y que nunca parecen acabar-; no entiendo la explotación de uno mismo, justificada por la "responsabilidad en el trabajo"; no entiendo por qué siempre esa responsabilidad cae en los mismos; no entiendo por qué hay algunos que no tienen vergüenza al aprovecharse de esa responsabilidad.

Bueno, realmente, sí lo entiendo; lo que no entiendo es el síndrome de Estocolmo que parecemos tener.

Cordada: Cooperación.
Y es que no entiendo es que, una vez demostrado matemáticamente que la cooperación es más beneficiosa para todos que la competencia, todavía sigamos creyendo a la pseudociencia económica y a sus sumos sacerdotes cuando nos venden la competencia como el motor de todo.
 

Probablemente, no entiendo este mundo como no entendería otras épocas; al final parece que el progreso es sólo tecnológico y no humanoRefinamos los mismos vicios bajo otros nombres; pero éstos siguen ahí, acechando.

También, en vistas a esta situación, quizás la educación no sea la solución. O, quizás, la solución no sea la educación tal y como la entendemos. Puede ser -y esto es sólo una posibilidad-, lo único que necesitemos es un poco de tiempo. y una educación que nos enseñe a desaprender todo aquéllo que merece se desaprendido por dañino.
 
"Preciso tiempo, necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobre o ya no saben
que hacer con él"
Mario Benedetti - Tiempo sin tiempo

No hay comentarios:

Publicar un comentario